La Ley y La Gracia



Estos dos términos parecen oponerse entre sí, mientras unos promueven guardar únicamente la Ley de Moisés, otros aseguran que no se debe guardar ninguna ley, ya que al entrar en la Gracia de Dios toda ley está abolida. Ambos grupos de creyentes se han desviado de la verdad y están repitiendo lo que han oído, sin investigar a fondo lo que Dios realmente quiere.

La Ley
Las diferentes versiones de la Biblia en español nos muestran la palabra “Ley” al traducir el vocablo hebreo “Torah”, sin embargo, esa no es la mejor traducción ya que torah realmente significa: instrucción, enseñanza, revelación. Su significado es aún más complejo que la palabra en español “Ley”, ya que involucra aspectos legales, morales y religiosos.

Generalmente cuando alguien dice Torah se refiere a los primeros cinco libros de la Biblia (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) conocido popularmente como Pentateuco. Cuando nuestro Salvador dijo que no había venido a abolir la “Ley y los Profetas” (Mt 5:17) se estaba refiriendo a lo que conocemos como Antiguo Testamento: la Ley (el Pentateuco) y los Profetas (los restantes 34 libros que los componen).

El problema inicia cuando se nos pregunta ¿Cuál es la Ley de Dios? Rápidamente pensamos en los Diez Mandamientos dados a Moisés en el Monte Sinaí, ya que el pacto que Dios hizo con Israel se basó en los mandamientos dados a Moisés, y dichos mandamientos se conocen como “La Ley de Moisés”.

Debemos aclarar que cuando se habla de “La Ley de Dios” nos estamos refiriendo a las instrucciones legales, morales y religiosas dadas por Dios a la humanidad desde la creación del universo, las cuales no cambian, ni pueden ser abolidas de ninguna manera. Lo podemos comprobar cuando Caín mató a su hermano Abel, ya que aún no se había escrito en tablas de piedra el mandamiento “No Matarás”, sin embargo, Caín sabía que era algo malo lo que había hecho, que estaba en contra de las “instrucciones morales” dadas por Dios a su padre Adán y transmitidas de manera oral hacia sus hijos. La acción de Caín fue merecedora de un castigo ya que había violado la Ley de Dios.

Abraham cumplió dicha Ley (Gen 26:5), la cual no estaba escrita, pero la humanidad ya la conocía, al igual que Enoc (Gen 5:24) quien “caminó con Dios”, es decir obedeció a Dios, ¿y qué obedeció? lógicamente la Ley de Dios.

Entonces podemos decir que es malo matar, robar, mentir, codiciar, fornicar, adulterar, odiar al prójimo, irrespetar a nuestros padres, adorar dioses hechos por manos humanas, etc. Todo lo anterior es contrario a la Ley de Dios. Dicha Ley es inalterable y permanente, no ha sido abolida de ninguna manera, ni lo será por ningún motivo, a eso se refería el Maestro en Mt 5:17.

Surge la pregunta: ¿está en vigencia la “Ley de Moisés”? y la respuesta es fácil: NO, esa Ley tenía un propósito específico: “Guiar al pueblo de Israel hacia su Salvador” (Ro. 10:4 y Gal. 3:24), pero como el Salvador ya vino, el Templo está destruido y la Ofrenda Perfecta fue realizada, ya no hay necesidad de esa Ley; todos los ritos realizados en el Templo no son necesarios, el sacerdocio ha sido cambiado de los levitas al Sumo Sacerdote Señor de Señores y Rey de Reyes (Heb. 9:10-12), por lo tanto las instrucciones religiosas de esa Ley ya no están en vigencia.

Tampoco están en vigencia las instrucciones legales de dicha Ley, porque fueron dadas al pueblo de Israel, no a los gentiles. Es más, Israel no cumple esas instrucciones, ellos tienen otra forma de Gobierno actualmente.

La parte moral de la Ley de Moisés es idéntica a las instrucciones morales que han sido dadas a la humanidad desde la creación, son parte de la Ley de Dios, las cuales no cambian, pero nadie debe cumplirlas por ser parte de la Ley de Moisés, sino por ser parte de La Ley de Dios.

Ahora la pregunta es: ¿Qué ley guardaron los Apóstoles y la iglesia del primer siglo de nuestra era? La respuesta también es sencilla:
“La misma Ley que guardo Noé, Enoc, Abraham, Isaac, Jacob, Job, etc. La Ley de Dios, porque ellos entendieron que la Ley de Moisés fue abolida con el Sacrificio Perfecto de Jesús en el Calvario.”

Entonces podemos entender que no robaron, no mataron, no fornicaron, no adulteraron, amaron al prójimo, no adoraron a otros dioses, etc. Pero ¿por qué asistían a las sinagogas el sábado (Hch. 13:14, 42, 44; 16:13; 17:2-3; 18:1-4; 15:21)?

La pregunta anterior también tiene una respuesta sencilla: el sábado es el único día santo y bendito (Gen 2:1-3), por lo tanto es una acción de Dios que no tiene modificación alguna, ese día sigue siendo santo y bendito hasta hoy y lo seguirá siendo (Isa 66:22-23), el domingo no es el Día del Señor, ni todos los días son iguales, porque ningún otro día ha sido bendito y santificado. La institución del sábado como día designado para la adoración de Dios fue hecha en el Edén al igual que la institución del matrimonio (Gen 2:21:24), no fue instituido en el Monte Sinaí, ni es parte de la Ley de Moisés, es parte de la Ley de Dios así como el matrimonio.

¿Cómo podemos decir que “no cometerás adulterio (Ex 20:14)” está aún vigente y el que adultera es pecador, pero “Acuérdate de sábado para santificarlo. … ,y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el sábado y lo santificó (Ex 20:8-11)” ya no está vigente? Se cambió el día de adoración al domingo, aunque no existe ningún texto en La Biblia que diga semejante cosa, y en Hechos de los Apóstoles se lee claramente que ellos guardaban el sábado.

¿Cómo un mandamiento si está en vigencia, pero el otro no? Eso se llama hipocresía, porque decir que el matrimonio es institución divina, es algo conveniente en las iglesias, pero decir que el sábado es el día del Señor y que también es institución divina, eterna y parte de su Ley es inconveniente. Además es ignorancia porque el Día del Señor y el Matrimonio fueron instituidos en el Edén y son parte de la Ley de Dios para toda la humanidad.

Podemos concluir entonces que hablar de La Ley de Moisés es diferente de hablar de la Ley de Dios; la Ley de Moisés era para los judíos, la ley de Dios es para toda la humanidad; la Ley de Moisés está abolida, la Ley de Dios está en vigencia.

La Gracia
Esta palabra significa misericordia inmerecida, favor inmerecido.
Es algo que Dios ha dado a todo aquel que cree en su Hijo, sin merecerlo, aún sabiendo la condición pecaminosa en la que se encuentra el ser humano al momento de recibirla.

La gracia consiste en el perdón de pecados cuando el ser humano reconoce que Jesús es el Hijo de Dios y se compromete a dejar el pecado y cumplir con su voluntad (Ef 2:8) y no solamente sus pecados le son perdonados, sino que recibe el Espíritu de Dios en garantía de recibir la promesa hecha a Abraham y a su descendencia, la cual consiste en recibir la tierra por heredad cuando el Señor vuelva a la Tierra y reinar con Él.

La salvación no se obtiene por ninguna acción humana, se obtiene como un favor de Dios, es decir es un regalo de Dios, no importa lo que el ser humano haga, no importan sus buenas obras, la salvación solo se obtiene por la Fe en el Hijo de Dios.

La Ley y la Gracia:
El problema surge cuando pensamos en la Ley de Moisés, la cual esta abolida y no solo eso sino que esa Ley fue dada al pueblo de Israel (judíos) y todos los que no somos judíos no tenemos nada que ver con dicha Ley, ya que no nos fue dada a nosotros; todos aquellos que no siendo judíos quieren guardar la Ley de Moisés está en un grave error (Gal 5:1-5).

Todo aquel que dice que no hay ley alguna que debamos de guardar los creyentes y que la Ley fue abolida en la cruz, está equivocado también (1 Jn 3:4), porque Dios estableció leyes las cuales deben de cumplirse y la transgresión a la Ley de Dios es “pecado”. La paga del pecado es muerte (Ro 6:23) y todo aquel que enseña que no hay ninguna ley que debamos cumplir los creyentes, está llevando al pueblo a la muerte.

Entrar en la gracia significa entrar en comunión con Dios a través del sacrificio de su Hijo, implica morir al pecado y obedecer su voluntad (Romanos 8:11-14), y la voluntad de Dios está escrita en la Instrucción que Él nos ha dado (La Biblia), por lo tanto al ser salvos por gracia debemos cumplir la Ley de Dios (no la Ley de Moisés), así como la cumplieron los grandes hombres del tiempo del Génesis y los apóstoles, así como la iglesia del primer siglo de nuestra era.

El Señor dijo lo siguiente: “si me amáis, guardad mis mandamientos” (Jn 14:15) y el apóstol Juan nos manda a que guardemos los mandamientos para vencer al mundo (1 Jn 5:1-5). Que nadie nos diga que la Ley de Dios está abolida y que el pecado ya no existe.

No sea engañado por quienes quieren guardar la Ley de Moisés, ni por quienes pretender vivir sin obedecer a Dios usando la gracia para desgracia de ellos mismos y de quienes los siguen.

Comentarios

  1. Este estudiio es bueno: Pero al leer parese que se contradice "Una sola pregunta para entender a lo que nos quiere enseñar"
    Cual el la Ley de Moises?_________
    y cual es la ley de Dios?_________________
    NOTA:citas Biblicas

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  2. La Ley de Moisés es como se conocen las normas de convivencia que Dios le dio a su pueblo (Israel) en el desierto, la cual se leía todos los sábados en las sinagogas (Hch 15:21).

    La Ley de Moisés fue dada para que el pueblo de Israel fuera un pueblo santo y diferente a los demás pueblos, era una guía para llegar a los pies del Mesías, una ley que no contradice la promesa hecha a Abraham, la cual es justa y santa, dada por Dios; pero repito: su finalidad era conducir al pueblo de Israel al Mesías. (Gal 3:19-21; 4.1-7).

    La Ley de Dios es la que Abraham (Gen 26:5) y los patriarcas del Génesis guardaron, ya que en esa época todavía no se había promulgado la "Ley de Moisés" (que fue dada en el desierto) es la misma ley que guardaban los apóstoles (Ro 7:25; 8:7), la cual nosotros en la actualidad debemos cumplir (Jn 15.10). Al leer Mateo 5:20, vemos que los fariseos cumplían la Ley de Moisés, pero no cumplían con la Ley de Dios.

    Lo que quiero decir en este estudio es que no es cierto que debamos cumplir la Ley de Moisés como muchos predican, debido a que esa ley está abolida, pero al ser salvos por la fe muchos tomando la gracia, caen en desgracia diciendo que ya no hay ley y estamos en libertad de hacer lo que queramos, olvidando que el universo entero está regido por la Ley de Dios, el ejemplo más claro es la llamada “Ley de Gravitación Universal”, de no ser así flotaríamos en el espacio; el hecho que el mar no se salga de su límite fijado por Dios, etc.

    La Ley Divina es inherente a la humanidad, es imposible separarse de La Ley de Dios y al transgredirlas causamos desequilibrios en nuestro ser, nuestra vida y nuestro entorno. Hemos sido liberados del pecado, no libres para pecar

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