El Espíritu Santo
¿Por qué los que dicen que el Espíritu Santo es una persona siempre hablan del “misterio del Espíritu Santo”, utilizando de esta manera una palabra (“misterio”) que tiene su origen en un credo de la Iglesia Católica? Es porque no pueden sostener dicho argumento bíblicamente porque no es una idea obtenida de la Biblia, sino que proviene de la filosofía humana.
El Espíritu Santo existe y proviene del Padre, pero no es una persona, ni parte de una trinidad. A continuación se presentan las aclaraciones necesarias para afirmar que el Espíritu Santo no es una persona.
Iniciamos preguntándonos: ¿Por qué en la introducción de las cartas escritas por el apóstol Pablo no menciona al Espíritu Santo, sino solamente al Padre y al Hijo? Si fuera una persona, porque no es mencionada por Pablo, si fuera una persona de igual importancia que nuestro Padre y nuestro Salvador, sería una ofensa de parte del apóstol Pablo.
Si el Espíritu Santo fuera una persona, ¿Por qué no se menciona que este cerca del trono del Padre o parado cerca, o por lo menos de pie en algún lugar en la presencia del Padre como es mencionado el Hijo en los siguientes pasajes bíblicos: Hechos 7:55,56; Col. 3:1; y Apo. 5:1-9; 7:10?
¿Por qué en 1 Corintios 11:3 no aparece el Espíritu Santo dentro de la jerarquía que ahí se menciona?
En muchos versos de la Biblia podemos leer que el Padre y el Hijo se comunican entre sí (ej. Gen 1:26, 11:6-7; Jn 17), pero ¿Por qué ellos dos no se comunican nunca con el Espíritu Santo?
Atributos Personales aplicados al Espíritu Santo:
No se puede negar que algunos atributos personales son aplicados al Espíritu Santo, por lo cual muchos afirman que al emplear pronombres personales para referirse al Espíritu Santo se puede concluir que es una persona.
A continuación se presentan algunos de los atributos:
El Espíritu Santo examina las cosas profundas de Dios (1Co 2:10), ¿es decir, que tiene conocimiento?
El Espíritu Santo distribuye dones espirituales (1Co 12:7-11), ¿por lo tanto, tiene voluntad?
El Espíritu Santo tiene amor (Ro 15:30), se entristece (Efe 4:30), puede ser insultado (Heb 10:29), puede ser ofendido (Mt 12:31-32). Entonces ¿tiene emociones?
El Espíritu Santo habla (Apo 2:7), intercede (Ro 8:26), enseña (Jn 14:26), guía (Ro 8:14, Hch 16:6-7), llama a los obreros (Hch 13:2). Por lo tanto ¿realiza acciones como cualquier persona?
Atributos del Espíritu Santo que no se pueden aplicar a una persona:
El Espíritu Santo llena a las personas (Lc 1:41; Hch 2:4) ¿es coherente afirmar que una persona se “llena” de otra persona?
El Espíritu Santo puede ser derramado (2:17-18), puede caer sobre las personas (Hch 10:44-45), las personas lo pueden beber (1Co 12:13), se da como un primer pago (2Co 1:22), es un sello (Efe 1:13), etc.
Pero lo más curioso es que el Hijo de Dios fue ungido por su Padre con el Espíritu Santo (Hch 10:38) ¿Cómo una persona puede ser ungida con otra persona?
Personificación o Prosopopeya: una figura literaria.
Lenguaje utilizado en la Biblia respecto al Espíritu Santo no es suficiente para afirmar que es una persona, además se puede presentar otros ejemplos de cómo en la Biblia se personifican a cosas que no lo son como a la sabiduría, al pecado, a la muerte, a la gracia, etc.
Antes se debe definir lo que es la personificación o prosopopeya: Figura que consiste en atribuir a las cosas inanimadas, acciones y cualidades propias de seres animados, o a seres irracionales las del hombre. Definición RAE.
Ahora que sabemos lo que es prosopopeya veamos algunos ejemplos de su utilización en la Biblia:
La sabiduría pronuncia un discurso, edificó su casa y luego clamó (Pro 8:1-36 ;9:1-6), el apóstol Pablo habla acerca del pecado como de algo que "le engañó" y que "le mató." (Ro. 7:11). Dice además: "la muerte reinó desde Adán a Moisés." (Ro. 5:14). Ni el pecado ni la muerte son personas. Hay otros ejemplos como "el amor todo lo soporta...no piensa lo malo" (1 Cor. 13:4-5); "la misericordia y la verdad se encontraron" (Salmos 85:10), "la luna se avergonzará y el sol se confundirá" (Isa. 24:23), "cantad loores, oh cielos" (Isa. 44:23); "vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué será salado?... (Mateo 5:13) etc. En todos estos ejemplos, el tema que se desea personificar no es una persona como tampoco lo es el Espíritu Santo.
En los pasajes bíblicos en los cuales se personifica al Espíritu Santo se aplica la figura literaria llamada prosopopeya, por lo tanto no podemos afirmar que el Espíritu de Dios sea una persona con conocimiento, voluntad propia, que tiene emociones y realiza acciones humanas.
¿Qué es el Espíritu Santo?
Leamos algunos textos bíblicos para entenderlo:
“Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes.” Romanos 8:11
Se puede apreciar que el Padre resucitó a su Hijo por medio del Espíritu Santo, el mismo espíritu que mora en todo aquel que ya no vive según su naturaleza pecaminosa sino que nació de nuevo para servir a Aquél que lo llamo de las tinieblas a la Luz.
Ahora leamos otros dos versos de la Biblia:
“Con su poder Dios resucitó al Señor, y nos resucitará también a nosotros.” 1 Corintios 6:14
“…y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz que Dios ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a su derecha en las regiones celestiales,” Efesios 1:19-20
Estos dos versos dicen lo mismo que Ro 8:11: que el Padre resucito a su Hijo por medio de su poder (Espíritu Santo), el cual es la fuerza grandiosa y eficaz que ejerció para resucitarlo de entre los muertos.
El Espíritu Santo es el poder de Dios, es su fuerza grandiosa y eficaz.
Veamos otro versículo para respaldar lo anterior:
“Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros,” Efesios 3:20
¿Qué poder obra eficazmente en nosotros? Según Ro 8:11 y 1Co 3.16 es el Espíritu Santo el que mora en los Hijos de Dios, entonces podemos afirmar que el Espíritu Santo es el poder de Dios.
Otro pasaje bíblico relacionado es el siguiente:
“Ciertamente, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.” Lucas 24:49
El poder de lo alto que aquí se menciona es el Espíritu santo, vemos nuevamente que el Espíritu Santo es el Poder de Dios.
El Espíritu Santo no es una persona encerrada en un misterio y parte de una trinidad, no es ni siquiera una persona, es el Poder de Dios, es el medio por el cual somos llevados a la verdad y a la justicia, es el poder con que resucitan los muertos, es nuestra garantía de recibir la promesa hecha a Abraham nuestro padre en la fe.
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